MESAS TEMÁTICAS
Este formato
procura encontrar un modo de interacción con la ciudad que recibirá a las
Jornadas. Sabemos también que esa articulación no es sencilla, en tanto el
analista tiene sus propios principios que no puede resignar sin perder su lugar.
Intentaremos
llevar a la conversación dos temas que elegimos. Un primer tema tiene que ver
con la época y fundamentalmente con una de sus direcciones: el ideal de gozar
sin culpa; lo que suele llamarse la dirección sadiana. Nos preguntamos entonces,
¿que queda de la responsabilidad subjetiva, que, entendíamos, era la piedra
fundamental del edificio de las leyes? Nos parece que la pregunta por la
responsabilidad es rápidamente rechazada con diversos argumentos, que operan un
cambio que nos convierte de, actores responsables, en afectados presupuestos.
Este cambio del eje no se hace sin alterar las formas de la subjetivaciòn.
En este esquema
la técnica pasa a tener un papel clave. Ya no se trata del juez y su “fallos”,
sino de algoritmos que determinan el daño producido y la cuantificación de la
responsabilidad. De un lado queda la ampliación y reivindicación de derechos,
ejercida fundamentalmente en el ámbito de la política formal, los medios
académicos y de comunicación y, por otro lado, la reducción de la culpa a la
cuantificación de la responsabilidad. Llamamos a esta mesa: LA RESPONSABILIDAD SUBJETIVA EN EL IDEAL DE
UN MUNDO SIN CULPA.
El otro tema del
que vamos a ocuparnos es el de una dimensión con la que el psicoanálisis tiene
una relación privilegiada. Nos referimos a las artes, la literatura y la
creación artística. De hecho, el eje de nuestras jornadas, la Dignidad, es una
categoría aparecida en la cultura, en el mismo movimiento de elevación que
fundó el objeto de amor y el del arte como lo sublime de la subjetividad, y es en
esa misma ascensión que encontramos el valor sublime de la persona.
El arte fue el
encargado de velar por ese valor, sustrayendo a los intercambios un conjunto de
producciones que no podían ser cuantificadas por su valor de uso. Reduzco el
problema a los fines de presentar estas mesas, pero esa contradicción entre el
valor de uso y el ideal sublimatorio es una de las fuentes del malestar en la
cultura, baste recordar a Mafalda y la crueldad con la que interroga a sus padres
sobres sus ideales. El tratamiento de ese malestar por el arte ha sido una
constante a lo largo del siglo XIX y especialmente del XX, Guillermo Belaga lo
llama la estetización del síntoma.
Hasta no hace
mucho el tratamiento del síntoma en las artes era en el campo de la ficción,
sea en la revelación de su verdad, como procuraron todas las vanguardias,
estéticas o políticas, sea en el modo en que alimentó la novela, el teatro y el
cine. Pero, a partir de lo que se ha llamado la sociedad de espectáculo, el
síntoma pasó a ser exhibido para regocijo de las masas.
Entonces, este
panel estará dedicado al destino de ese malestar en el arte. Su nombre es: DESTINOS
DEL SÍNTOMA EN EL ARTE: ¿FICCIÓN O ESPECTÁCULO?
Oportunamente
anunciaremos los participantes de estas dos mesas que tendrán un lugar
destacado en nuestras jornadas.
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