lunes, 9 de julio de 2012



MESAS TEMÁTICAS 


Este formato procura encontrar un modo de interacción con la ciudad que recibirá a las Jornadas. Sabemos también que esa articulación no es sencilla, en tanto el analista tiene sus propios principios que no puede resignar sin perder su lugar.
Intentaremos llevar a la conversación dos temas que elegimos. Un primer tema tiene que ver con la época y fundamentalmente con una de sus direcciones: el ideal de gozar sin culpa; lo que suele llamarse la dirección sadiana. Nos preguntamos entonces, ¿que queda de la responsabilidad subjetiva, que, entendíamos, era la piedra fundamental del edificio de las leyes? Nos parece que la pregunta por la responsabilidad es rápidamente rechazada con diversos argumentos, que operan un cambio que nos convierte de, actores responsables, en afectados presupuestos. Este cambio del eje no se hace sin alterar las formas de  la subjetivaciòn.
En este esquema la técnica pasa a tener un papel clave. Ya no se trata del juez y su “fallos”, sino de algoritmos que determinan el daño producido y la cuantificación de la responsabilidad. De un lado queda la ampliación y reivindicación de derechos, ejercida fundamentalmente en el ámbito de la política formal, los medios académicos y de comunicación y, por otro lado, la reducción de la culpa a la cuantificación de la responsabilidad. Llamamos a esta mesa:  LA RESPONSABILIDAD SUBJETIVA EN EL IDEAL DE UN MUNDO SIN CULPA.

El otro tema del que vamos a ocuparnos es el de una dimensión con la que el psicoanálisis tiene una relación privilegiada. Nos referimos a las artes, la literatura y la creación artística. De hecho, el eje de nuestras jornadas, la Dignidad, es una categoría aparecida en la cultura, en el mismo movimiento de elevación que fundó el objeto de amor y el del arte como lo sublime de la subjetividad, y es en esa misma ascensión que encontramos el valor sublime de la persona.
El arte fue el encargado de velar por ese valor, sustrayendo a los intercambios un conjunto de producciones que no podían ser cuantificadas por su valor de uso. Reduzco el problema a los fines de presentar estas mesas, pero esa contradicción entre el valor de uso y el ideal sublimatorio es una de las fuentes del malestar en la cultura, baste recordar a Mafalda y la crueldad con la que interroga a sus padres sobres sus ideales. El tratamiento de ese malestar por el arte ha sido una constante a lo largo del siglo XIX y especialmente del XX, Guillermo Belaga lo llama la estetización del síntoma.
Hasta no hace mucho el tratamiento del síntoma en las artes era en el campo de la ficción, sea en la revelación de su verdad, como procuraron todas las vanguardias, estéticas o políticas, sea en el modo en que alimentó la novela, el teatro y el cine. Pero, a partir de lo que se ha llamado la sociedad de espectáculo, el síntoma pasó a ser exhibido para regocijo de las masas.
Entonces, este panel estará dedicado al destino de ese malestar en el arte. Su nombre es: DESTINOS DEL SÍNTOMA EN EL ARTE: ¿FICCIÓN O ESPECTÁCULO?
Oportunamente anunciaremos los participantes de estas dos mesas que tendrán un lugar destacado en nuestras jornadas.

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